La autoestima es esencial para la supervivencia psicológica. Es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida; creemos que somos listos o tontos; nos sentimos antipáticos o graciosos; nos gustamos o no. Los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias así reunidos se conjuntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos.
Uno de los principales factores que diferencian al ser humano de los demás animales es la consciencia de si mismo: La capacidad de establecer una identidad y darle un valor. En otras palabras, tú tienes la capacidad de definir quién eres y luego decidir si te gusta o no tu identidad. El problema de la autoestima está en la capacidad humana de juicio. El juzgarse y rechazarse a sí mismo produce un enorme dolor, dañando considerablemente las estructuras psicológicas que literalmente te mantienen vivo.
La autoestima puede generar indecisión, el estar convencido de que no puede lograr nada en la vida, ni tener éxito en ningún área. Las personas con baja autoestima se refugian en situaciones cómodas, seguras, sin riesgo, pero también mediocres. También dejan que la vida los lleve, en lugar de tomar las riendas de su vida. Le dan mucha importancia a sus defectos y limitaciones, y minimizan sus virtudes y dones.
Este estado provoca que fracasen en las pocas ocasiones en que intenten algo nuevo, reforzando el propio sentimiento de baja autoestima.
La falta de amor propio y de confianza en uno mismo también pueden ser el origen de los celos.
La persona con problemas de autoestima puede tomar las siguientes Flores de Bach:
Larch: Para quien se siente inferior, espera el fracaso, y tiene miedo de fracasar. Carece de confianza en si mismo. Este es el remedio principal para trabajar la autoestima.
Agrimony: Tiene a buscar la aprobación de los demás, presentando una imagen positiva, una máscara que refleja el que “todo está bien”, aunque sufra por dentro.
Centaury: Para los tímidos, callados, ansiosos de complacer, dóciles y de personalidad débil. Combate la falta de amor propio.
Cerato: Duda en las propias capacidades y dones. Sin fuerza para seguir sus convicciones. Inseguridad para tomar decisiones, pide consejo a los demás.
Chicory: Celosos, con miedo a no ser queridos. Son posesivos, y manipulan para que los quieran. Aparentan ser fuertes y generosos, pero es sólo para que los quieran. No les gusta la soledad, necesitan a alguien cerca.
Holly: Incrementa el amor propio.
Pine: Para la autocrítica.
Scleranthus: Quienes tienen indecisión, dudan de sus convicciones.
Star of Bethlehem: Si hubo algún trauma que dañara su autoestima.
Vine: Para quien es inseguro por dentro, pero actúa tratando de demostrar su fuerza y poder a los demás.