La gran mayoría de nosotros pensamos que solamente tenemos un
cuerpo que vemos y podemos tocar, sin embrago en total tenemos siete cuerpos reconocidos,
somos seres interdimensionales, constituidos por cuerpos, cada uno de los cuales está en diferentes
dimensiones.
Nosotros vamos cargando toda nuestra información en estos
cuerpos: Quienes somos, que pensamos, que sentimos, quienes hemos sido: para
alguien que sabe leer la energía somos un libro abierto.
De esos siete cuerpos existentes, cuatro de ellos son los
llamados inferiores, los cuales nos sirven para movernos en esta dimensión.
Al conocerlos entenderemos la relación que existe con
nuestro entorno y bienestar.
EL CUERPO FISICO
En el mundo occidental,
pensamos que dominamos completamente el cuerpo físico, pero la verdad es que
ejercemos muy poco control sobre él.
Por el contrario, en países como la india, hay personas que
tienen la facultad de aumentar la temperatura o la presión sanguínea en la mitad del cuerpo, y
de reducirla en la mitad restante; aprender a dominar el aliento hasta el punto
de suspenderlo durante un periodo considerable de tiempo, así como los latidos
del corazón, de manera que disminuyen o aceleran la circulación. Para los occidentales
esto es increíble.
Este cuerpo cambia completamente cada 7años, en pocas
palabras cada 7años tenemos un cuerpo nuevo, así que si mejoramos nuestra alimentación y estado emocional,
podemos mejorar sustancialmente su composición.
Nuestro sistema nervioso, nuestros músculos y nuestras células
tienen memoria, por tanto seguimos generando los mismos defectos físicos, y
cualquier cosa que nos haya ocurrido, aun en el vientre de nuestra madre o en
vidas pasadas, está grabada de manera permanente en nuestra fisiología.
Mientras no cambiemos
nuestra forma de alimentarnos para que resulte más sana o nutritiva y
conscientemente liberemos los bloqueos emocionales o energéticos, estos
registros garantizaran que ciertos rasgos indeseables se sigan repitiendo.
Therese Bertherat hace un estudio muy interesante en su libro El
cuerpo tiene sus razones
Y nos dice que todo absolutamente todo lo que vivimos, está
grabado en este cuerpo; incluso las arrugas de la cara nos pueden ir contando
la historia de lo que hemos vivido.
Este es el único cuerpo que muere.
EL DOBLE ETERICO
Este cuerpo es un duplicado perfecto del cuerpo físico.
Cualquiera puede observarlo si ponemos a la persona
recargada en una pared blanca y
desenfoca la vista: se ve una tenue silueta de luz alrededor de su cuerpo físico
y mide unos dos centímetros; su color varía del blanco al gris pasando por el
azul.
La función de este cuerpo es dar vitalidad o electricidad al
cuerpo físico por medio del sistema nervioso; responde a todos los tratamientos
alternativos como el reiki, homeopatía etc.
Este cuerpo lo usan los psíquicos llamados médiums, los
cuales sacan la mitad del cuerpo eterico para que pueda entrar la entidad que
van a canalizar.
No pueden separarlo completamente porque eso causaría la
muerte.
Cuando se hacen curaciones etericas se pueden ver agujeros
en este cuerpo; eso significa que se está fugando la energía y por tanto la
persona puede sentirse agotada constantemente.
Cuando llega la muerte este es el primer cuerpo en separarse del físico, pues
es imposible que continúe su funcionamiento, de modo que se suspende el aliento
de vida.
Generalmente se le puede ver no muy lejos del cadáver, manifestándose
durante pocas horas, mientras esta energía se va extinguiendo.
EL CUERPO ASTRAL O EMOCIONAL
El cuerpo astral o emocional bien formado debe ser una copia
luminosa del cuerpo físico, con sus chakras o vórtices de energía limpios y girando, sin embargo la mayoría de las personas tienen este cuerpo indefinido, con las texturas
toscas y los colores oscuros es el color de las frecuencias vibratorias más
bajas o densas, con costras, lazos ataduras, cadenas que crean una madeja sin
forma.
Este cuerpo es importantísimo, pues es aquí donde se forman
las ataduras y los lazos ya que se graban
las emociones del cuerpo físico.
Sin embargo no solo, existen los lazos negativos, también tenemos
en este cuerpo los lazos del amor.
Cuando este cuerpo está bien formado significa que la
persona ha alcanzado un buen manejo de sus emociones, y por tanto, cierto
desarrollo espiritual.
La verdadera evolución se mide en este cuerpo, sin importar
si se es vegetariano, si se hace yoga, si se es católico, budista etc.
El manejo de nuestras emociones es lo que va a determinar nuestro nivel de evolución.
Recordemos que vivimos en un planeta formado en su mayoría por
agua, y nuestro cuerpo también está compuesto por este elemento, lo que
significa emociones, por tanto queda muy claro que lo que venimos a aprender respecto a ellas es cómo
manejarlas apropiadamente.
Cada individuo va creando este cuerpo como si fuera un escultor,
con diferentes texturas y colores.
El karma esa gran incógnita que tanto nos atrae, se crea en
este cuerpo, es decir lazos que nos atan a personas, situaciones, países y nos
hacen reencarnarnos una y otra vez, hasta que con amor y entendimiento o conciencia los disolvamos.
Cuando las funciones del cuerpo astral se vuelven totalmente
conscientes, adquieren una habilidad y una experiencia en un mundo mágico que
pocos pueden experimentar.
EL CUERPO MENTAL
Este cuerpo es excesivamente sutil, se manifiesta como mente
y lo llaman aura humana.
Su tamaño y actividad aumenta con el crecimiento y el desarrollo del ser humano.
Si observas a una persona que, aunque no sea espiritual, ha
desarrollado sus facultades mentales, ha educado su mente su intelecto, su aura
será de un material delicado y de hermosos colores.
Su forma es oval, semejante a un huevo, y rodea al individuo
con una atmósfera radiante.
A medida que se desarrolla se hace más grande, sin
embargo al contrario que el cuerpo astral, donde se quedan plasmadas nuestras
emociones, el cuerpo mental cambia constantemente de color dependiendo de
nuestros pensamientos por la sencilla razón de que nunca dejamos de pensar.
Con el desarrollo de nuestros poderes creativos, estamos literalmente construyendo
el cuerpo mental.
Entonces nos damos cuenta de que, en cada encarnación, vamos
a escoger el tipo de vida de acuerdo con el cuerpo que tengamos menos
desarrollado, es decir, si elegimos ser escritores es porque venimos a desarrollar nuestro cuerpo
mental, que es donde está guardado el intelecto, pero si somos actores,
desarrollamos más el cuerpo emocional, tal vez porque necesitamos más contacto
con nuestras emociones, o nacemos en un país donde podemos expresarlas en mayor
medida.
Nos movemos por el tiempo cambiando únicamente de escenario
y ropajes para completar este gran juego de conciencia.
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